Ahh los Dictadores

Si alguna vez te encuentras en un planeta habitado por seres inteligentes (o al menos con un vago sentido de la autoconservación), es altamente probable que en algún rincón de su historia haya existido un espécimen conocido como dictador.

¿QUÉ ES UN DICTADOR?

Un dictador es un individuo con una peculiar afición por el poder absoluto, las chaquetas militares con muchos botones y, en algunos casos, los bigotes sospechosamente bien cuidados. Se les reconoce fácilmente por su capacidad de transformar discursos incoherentes en leyes inamovibles y por su tendencia a ocupar portadas de periódicos junto a palabras como "controversia", "crisis" y "¿otra vez?". Casi siempre estos artículos se rematan con un estribillo donde el dictador siempre dice tener la solución.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN

Los dictadores emergen de dos formas principales:

1. Modo Clásico: Se presentan como salvadores de la patria, prometiendo estabilidad y abundancia. Al poco tiempo, los conceptos de democracia, prensa libre y elecciones justas desaparecen misteriosamente, al igual que algunos de sus opositores.


2. Modo Moderno: Usan elecciones para llegar al poder y luego modifican las reglas hasta que sólo puedan perder si un meteorito impacta en su palacio presidencial. Aún así, probablemente dirán que es culpa de los medios occidentales.



CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

Longevidad política: Mientras otros líderes cambian con los ciclos electorales, un dictador sólo se retira por medios naturales (es decir, cuando él mismo decide que la biología es un obstáculo opcional).

Culto a la personalidad: Cuanto más grande es la estatua del dictador en la plaza central, más pequeña suele ser la ración de comida del ciudadano promedio.

Uso creativo de la verdad: Un dictador nunca miente. Simplemente reajusta la realidad con la misma confianza con la que un vendedor de coches usados ofrece una "ganga u oferta irrepetible".

Aliados oportunistas: Siempre rodeado de ministros, generales y familiares que ríen sus chistes y aplauden sus discursos con tanto entusiasmo que parecería que temen por sus vidas (spoiler: temen por sus vidas).


CÓMO IDENTIFICAR UNO EN ACCIÓN

Si un líder político empieza a hablar de "enemigos del pueblo", a modificar la constitución para su conveniencia o a aparecer en televisión más veces que el pronóstico del tiempo, es posible que estés ante un dictador.

En tal caso, lo más recomendable es:

1. No hacer contacto visual con sus seguidores, pues suelen ser extremadamente susceptibles a la crítica (y a veces están armados).


2. Preparar un plan de escape, preferiblemente a un planeta sin fronteras ni himnos nacionales.


3. Si no es posible huir, fingir un entusiasmo convincente hasta que la biología haga su trabajo.



¿HAY ESPERANZA?

Sí. La historia nos ha demostrado que ningún dictador es eterno. Algunos caen por revueltas populares, otros por traiciones internas y unos pocos, simplemente, descubren que gestionar un país es más difícil que gritar órdenes desde un balcón. En cualquier caso, lo mejor es mantenerse informado y recordar que la risa es una herramienta poderosa: nada desarma más a un dictador que un pueblo que ya no le teme y se ríe de él en memes virales.

Y ahora, si me disculpan, voy a revisar si mi planeta aún tiene democracia o si ya debo empezar a empacar mi toalla


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