La invasión de Ucrania

Si alguna vez viajas a un rincón del universo donde los conflictos geopolíticos son más comunes que los cafés con leche en las reuniones de trabajo, es posible que te encuentres con el tema de la invasión de Rusia a Ucrania. En cuyo caso, lo mejor es respirar profundo, hacerte con una buena ración de palomitas y prepararte para una historia tan absurda que parece escrita por un guionista con problemas de credibilidad.

¿QUÉ PASÓ EXACTAMENTE?

En 2022, un líder con una afición desmedida por la nostalgia imperial y las fotos sin camisa decidió que el mapa de Europa estaba mal dibujado y que Ucrania, un país independiente, en realidad le pertenecía. Su solución: enviar tanques, tropas y un batallón de discursos sobre cómo en realidad no es una invasión, sino una operación especial (porque cambiarle el nombre a las cosas siempre las hace menos violentas, claro).

¿POR QUÉ PASÓ?

Según el invasor, todo esto era una cuestión de seguridad, protección de minorías rusas y una cruzada contra una supuesta amenaza nazi (sí, en un país con un presidente judío… lo que tiene menos sentido que un pez quejándose del agua). Sin embargo, cualquier observador con al menos dos neuronas funcionales se dio cuenta de que el verdadero motivo tenía más que ver con territorios estratégicos, orgullo imperialista y un deseo insaciable de seguir apareciendo en noticieros internacionales.

CÓMO IDENTIFICAR UNA INVASIÓN MODERNA

Si un país vecino empieza a:

1. Mover tropas a tu frontera "por ejercicios militares" pero se quedan más tiempo del que dura una película de ciencia ficción mala.


2. Anexar partes de tu territorio con un referéndum que parece más manipulado que los puntajes en un concurso de talentos infantiles.


3. Decir que te está "liberando" mientras destruye tus ciudades y saquea tus bienes… Es muy posible que estés en una invasión. ¡Felicidades! Ahora eres el protagonista de un conflicto internacional.



LA RESPUESTA DEL RESTO DEL MUNDO

El mundo reaccionó con una combinación de indignación, sanciones económicas, discursos grandilocuentes y una entrega intermitente de armas a Ucrania, acompañada de advertencias de "no pasarse de la raya". En otras palabras, los políticos hicieron lo que mejor saben hacer: condenar enérgicamente mientras intentan no incomodar demasiado a los mercados energéticos.

¿CÓMO TERMINA ESTA HISTORIA?

A día de hoy, el conflicto sigue siendo una partida de ajedrez geopolítico con explosiones de por medio. Ucrania sigue resistiendo con una determinación que nadie esperaba, mientras Rusia se enfrenta a sanciones, aislamiento y la sorprendente dificultad de conquistar un país que no quiere ser conquistado.

¿LECCIÓN PARA FUTUROS VIAJEROS?

Si un líder empieza a hablar demasiado sobre "recuperar la grandeza" de su país, es momento de preocuparse. Si además tiene tendencia a reinterpretar la historia con la flexibilidad de una pizza recalentada, es mejor que vayas revisando las rutas de escape del planeta. Y, como siempre, nunca subestimes el poder de una nación decidida a defenderse… o de un meme viral en redes sociales que ridiculice al invasor.

Y ahora, si me disculpan, voy a seguir monitoreando el conflicto desde la seguridad de mi nave, mientras espero que la historia no se repita demasiado.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Escala Loca-Sexy

Donde habitan los recuerdos.

Que viva el amor.