17 de febrero de 2013

Sevilla, ciudad intensa.

El domingo no prometía mucho, si acaso, los pronósticos de lluvia prometían un ir y venir de acontecimientos tan aleatorios como ilógicos. Sevilla es esa ciudad de baja pasiones que llena sus periodos de aburrimiento con fe y fiesta, ya sea con pasos o con botellones improvisadas.

Hoy era 17, el dia pactado para que las catorce hermandades elegidas sacaran a relucir sus misterios y conformaran una estampa unica y maravillosa, el primer viacrucis de la fe con 14 imagenes sobre la avenida. Tal vez, por eso hoy lo que seria el #viacrucis se convirtió en un #circuscrusis en un abrir y cerrar de ojos, o mas que cerrar de ojos, cerrar de puertas.

Como toda buena historia Sevillana, esta el turista nacional atraído por la fe que no mira ni el pronostico del tiempo y organiza un fin de semana en la capital hispalense con la  soberana idea de  centrar TODO el fin de semana en torno al viacrucis, también esta el trasnochado capillita que cuelga el viernes el disfraz de carnaval para pulir su mejor jerga religiosa el sabado en su pueblo y el domingo en la capital, también esta el obsesivo compulsivo de los paseitos por la cartuja que ha llenado la nevera hasta los bordes con botellines de cruzcampo, porque la Fe también se puede vivir 'gambrinus' en mano.

Había que decir que el malo de la película no es el tiempo, cualquiera menos el tiene la culpa de que las hermandades se dividan en dos bandos:los que arriesgan y los que no, luego esta el cachorro, el único crucificado que cada vez que lo mueven pone el cielo a llover. Por eso la decisión de hoy no se toma en base a lo que caiga del cielo, si no al rancio linaje que hay que mantener. En las hermandades Sevillanas a diferencia de en el Real Madrid o el Barcelona, el protagonista debe siempre saltar a la cancha, de ahi que el pronostico del tiempo sea siempre secundario, lo importante es la junta, la espera, la filtración, el capataz que manda preparar a los costaleros,  el nazareno impaciente que tuitea desde la capilla, en Sevilla pasion y fe se viven como un derby o un clasico, a flor de piel, pegado al transistor y haciendo uso del mas rancio y diverso lengua cofrade.

Sevilla vivió con ilusion y desilusión los momentos previos a la primera posible salida, ya se sabia que el Gran Poder habia dicho que no se movería y con esa decisión el resto tampoco podría procesionar, la actitud siempre chulesca pero a la vez justificada chocaba con la ilusión de una hermandad de extrarradio como era torreblanca que tenia la oportunidad por primera vez en muchisimo tiempo de marchar a la catedral.

Pero entonces el pronostico del tiempo cambio, daba lluvia unas cuantas horitas, no muchas, pero suficientes para que tanto unos como otros justificaran lo que sucedió a continuación, Torreblanca Salia, el resto no, había confusión y tensión a partes iguales, el turista se echaba las manos a la cabeza, el capillita sabia que tenia el consuelo de tener 14 templos abiertos que recorrer y el rancio del botellín, bueno, el solo tenia que cambiar de canal y encontrar algun remedio televisivo para sus penas.

Al rumbo de las dos de la tarde, alguien desde la catedral emitió un comunicado prohibiendo salir a las hermandades de sus capillas, lo de torreblanca se quedo en un paseo por la calle san luis y del resto poco o nada pudimos ver.

-Razón, decían unos
-Lógica decian los otros

Y en el fondo locura, esa locura a la que tan acostumbrados estan los Sevillanos, tan magica y tragica a la vez. Esa gracia con la que lo mismo pasean a la Esperanza de Triana o le cambian el nombre al viacrucis para convertirlo en CircusCrucis, sea como sea, la única verdad es que hace una semana ya pintaba mal tiempo el domingo, y que queda demostrado que esto deja de ser fe para ser cada dia que pasa mas espectáculo.


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