abre los ojos (chiriparsa del ridículo)

Los antivacunas son una de esas rarezas evolutivas que la galaxia observa con la misma fascinación morbosa con la que se mira a alguien que insiste en meter los dedos en un enchufe "porque la electricidad es solo una teoría". En un universo donde la mayoría de las especies inteligentes han comprendido que evitar enfermedades mortales es, en términos generales, una buena idea, los antivacunas destacan por su obstinada convicción de que saber usar redes sociales equivale a una licenciatura en biología molecular. 

En ciertos planetas, la evolución ha resuelto este problema de manera sencilla: en cuanto alguien dice "las vacunas causan más daño que la enfermedad", su sistema inmunológico dimite inmediatamente por incompatibilidad ideológica. En la Tierra, sin embargo, la medicina moderna sigue esforzándose por proteger incluso a quienes la desprecian, lo que demuestra que la ciencia tiene una paciencia infinita… o al menos más que la que tiene con ellos el resto de la sociedad.