Sobre aquel día de la peluquería del fin del mundo


Esperar a la Esposa que Entra en la Peluquería "Por un corte rápido": Un Viaje sin Retorno

Entre las muchas pruebas de paciencia a las que un ser humano puede ser sometido —como el tráfico intergaláctico en la autopista de Betelgeuse o escuchar a un burócrata Vogón leer poesía—, pocas se comparan con la experiencia de esperar a la esposa que entra en la peluquería por un corte rapido. 

El fenómeno es fascinante desde un punto de vista físico, pues parece distorsionar el tiempo de manera completamente arbitraria. Un simple "solo me recorto las puntas" puede generar un lapso temporal equivalente a la extinción de una civilización mediana. Estudios realizados por la Universidad de Krikkit han demostrado que el tiempo transcurre un 47% más lento en la sala de espera de una peluquería que en el resto del universo conocido. A este fenómeno se le conoce como el Efecto Permanente Cuántico.

Los maridos, novios y acompañantes desprevenidos suelen entrar con la esperanza de que "no tomará mucho", solo para terminar hojeando revistas de hace 15 años, reevaluando decisiones de vida y preguntándose si podrían haber estudiado algo más útil como mecánica de naves espaciales. En casos extremos, algunos han sido encontrados años después, convertidos en seres filosóficos que solo responden con un leve encogimiento de hombros y la frase: "Ya debe estar por salir...".

Si te encuentras en esta situación, la Guía recomienda dos opciones: a) asegurarte de llevar una fuente de entretenimiento de emergencia, como un libro, un juego en el móvil o una novela de Tolstói (puede que incluso la termines), o b) simplemente huir antes de que sea demasiado tarde. Recuerda: el universo es vasto, el tiempo es relativo y los cortes de pelo nunca son tan "rápidos" como parecen.


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