Baby-Led Weaning: cuando el bebé agarra el brócoli con más decisión que tú un café el lunes
Imagínate esto: estás en la mesa y tu bebé de 6 meses agarra una tira de calabacín con sus manitas regordetas, se la lleva a la boca con cara de científico loco y le da un mordisco. Tú te quedas mirando, entre el orgullo y el miedo al desastre. Pues enhorabuena, acabas de entrar en el universo BLW, también conocido como Baby-Led Weaning o, en portugués más técnico, "desmame guiado pelo bebê" (sí, suena como una técnica ninja de crianza).
¿Y esto qué es?
El BLW es básicamente dejar que el bebé coma solo desde el principio, sin papillas ni cucharitas que hacen avioncito. Tú le pones comida real, blandita y segura, él la explora, la aplasta, la lanza, se la mete en la oreja... y, con suerte, algo termina en la boca.
Es un enfoque más natural y respetuoso, que pone al bebé en el centro del proceso. ¿Quiere comer? Bien. ¿No quiere? También bien. Aquí el protagonista no es la cuchara, sino la curiosidad del peque.
¿Y por qué tanta gente lo hace?
Porque aunque al principio parece un caos (spoiler: lo es), tiene muchas ventajas:
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El bebé aprende a regular su hambre. No come porque tú insistas, sino porque realmente tiene hambre.
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Mejora su coordinación mano-boca, y eso de llevarse cosas a la boca... bueno, eso ya lo traen de serie.
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Conoce sabores, colores y texturas desde el principio. Y sí, a veces acaba con plátano en el pelo y zanahoria en el calcetín, pero está explorando, no haciendo una performance.
Pero... ¿no se atraganta?
Esta es la gran pregunta. Y la respuesta es: si lo haces bien, no más que con los métodos tradicionales. Eso sí:
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El bebé debe sentarse solito sin caerse hacia los lados, nada de BLW si aún parece una gelatina con brazos.
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Los alimentos deben estar cocidos y blanditos, cortados en forma fácil de agarrar. Nada de darle una uva entera como si fuera un snack del cine.
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Y nunca, NUNCA lo dejes solo comiendo. Por mucho que confíes en su instinto, tú eres su red de seguridad.
¿Y qué se le puede dar?
Pues cosas normales, pero adaptadas. Imagina el menú:
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Palitos de boniato al horno
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Bastones de zanahoria cocida (nada de raw food todavía)
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Tiras de pollo muy blandito
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Plátano con piel en la base para que no se le escurra (sí, como si pelaras medio plátano para un mono adorable)
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Tostadita con aguacate machacado
Todo sin sal, sin azúcar, sin miedo y con muchas servilletas a mano.
¿Y si lo mezclo con papillas?
También vale. Hay bebés que hacen BLW puro y otros que hacen un "mix sabrosón": un poquito de puré, otro poquito en trozos, y todos contentos. Se llama alimentación complementaria mixta, y es igual de válida.
En resumen...
El BLW no es magia, pero sí es una forma divertida y natural de que tu bebé aprenda a comer como un campeón. Te va a tocar limpiar más de lo que imaginabas (spoiler: el suelo, la silla, tu camiseta...), pero también vas a reírte, emocionarte y ver cómo tu peque descubre el mundo bocado a bocado.
Y recuerda: si agarra el brócoli con fuerza, no es que te odie, es que está explorando. Tú dale tiempo… y una toallita.
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