La chica de Pontevedra y sus pies en fiesta

 En Pontevedra hay una historia que contar,

de una chica risueña que no deja de brillar.
Con los pies siempre húmedos, ya sea mar o aguacero,
ella encuentra en el agua su mejor compañero.

Por la ría camina, con gracia y sin apuro,
mojando sus delicados dedos en el agua, seguro.
No teme a la marea ni a la arena fría,
porque en su mundo líquido, reina la alegría.

Cuando el cielo se pone gris y el agua empieza a caer,
ella no se esconde, ¡no, para nada quiere esconder!
Baila bajo la lluvia, gira y salta sin parar,
como si el charco fuera su pista particular.

Los vecinos la miran con mezcla de asombro y risa,
“¿Quién será esa loca que bajo el agua improvisa?”
Pero ella solo sonríe, con brillo en la mirada,
porque sabe que mojarse los pies es su mejor jugada.

Y yo, que la observo desde la orilla del puerto,
me pregunto si algún día será mi momento,
de saltar a su lado, empaparme sin miedo,
y bailar con la lluvia, en un mundo paralelo.

Le hablaré de la marea, de barcos y canciones,
de la magia que tienen sus mojadas emociones.
Porque amar es eso, mojarse sin temor,
y bailar bajo lluvia con un corazón soñador.

Así que si pasas por Pontevedra algún día,
busca esa chica loca que baila con alegría.
Con sus pies en el mar y la lluvia en su pelo,
te llevará a un mundo donde el amor es el duelo.

Y si te animas a mojarte, ven sin titubear,
que el amor y la lluvia juntos saben mejor al danzar.

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